jueves, 21 de julio de 2011

LA DANZA Y EL PALOTEO DE AMPUDIA (PALENCIA)

La Tierra de Campos palentina ha conservado la mayor cantidad de elementos folklóricos de la provincia de Palencia. De todos ellos destacan, sin duda alguna, las danzas y paloteos. Desgraciadamente asistimos a un continuo goteo de desapariciones de este tipo de manifestaciones. Se perdieron para siempre, si alguien no lo remedia, los paloteos de Guaza o Baquerín y las danzas de Valoria del Alcor o Castromocho, por poner algunos ejemplos. 

Una de las danzas que todavía sigue vigente es la de Ampudia de Campos. Conserva la cuadrilla de danzantes ampudianos el traje característico de doble enaguado blanco, corto y muy almidonado, y encitado simbólico (el sol, la M de María...). Los lazos que todavía se mantienen, una decena de ellos (el Triste, el Antón, el Enrame, la Estrella...), se corresponden con otros conservados en localidades cercanas como Fuentes de Nava, aquí repiqueteados con un rasgado característico en el toque, similar al de Villanubla, ya en la provincia de Valladolid.  El repertorio se completa con las originales danzas terracampinas, en ritmos quinarios, y con el trenzado del árbol, en esta ocasión con un valseo. La danza de Ampudia se puede ver en todo su esplendor el 8 de septiembre cuando se ejecuta en honor a la Virgen de Alconada patrona de toda la comarca. Desgraciadamente se perdió el paloteo a Santiago Apóstol, y esporádicamente se sigue paloteando en la procesión del Corpus. También desapareció la figura del "galleta" que vestido de forma estrafalaria ordenaba la danza, labor que en otras localidades terracampinas corre a cargo del birria o chiborra. También se perdió el uso de castañuelas en la danza, la exclusividad de danzantes masculinos (ahora la agrupación cuenta con más chicas que chicos), y la representación de un interesante auto teatral: "La Entrada del Moro". Esta pequeña obrilla se ofrecía por la comparsa de danzantes en los actos de la fiesta de La Aparición de Santiago Apóstol  (el 23 de mayo) y es junto con "La entrada de Napoleón" en Autilla del Pino y "David y Goliat" en Dueñas uno de los pocos vestigios de teatro popular ligado a las danzas de palos que se conservan. Una buena ocasión para ver el paloteo es el próximo 30 de julio en el Festival del Palo, que ya va por su XXX edición. 

Esperemos que no tengamos que lamentar la pérdida de la danza y el paloteo ampudiano en los próximos años, pues el escaso interés por el baile tradicional, la falta de valores y el  poco compromiso de las nuevas generaciones, el éxodo rural y el pobre apoyo institucional van dando la puntilla a estas joyas, todavía vivas, de la tradición oral. En las fotos, la cuadrilla de danzantes allá por 1948 y la representación de la Entrada del Moro en 1956.

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