Sejas de Aliste
1928, "Ti Manuel", de Viñas, fotografía de Aniceto Villar. .... y
será que se acaben los gaiteros, donguti, será que se acaben los gaiteros, no
digo yo que se acabe quien sepa tocar la gaita, donguti, que eso no se acaba
porque muchos van y aprenden a tocar, pero los gaiteros se acaban por terminar,
de primeras porque ahora cuando vienen tocan un barullo de ellas, lo nuestro,
donguti es un gaitero y quien se temple al lado con el tamboril, y quien le
cante al lado, y una moza que sepa bien darle aire a la pandereta, y más nada,
bueno sí quien se ponga delante y baile, así donguti, ahora los que vienen tocan
pa ellos y no está mal si se divierten, pero un gaitero es otra cosa, aquellos
gaiteros de antes tocaban pa nosotros y con aquellos toques nosotros hacíamos la
fiesta, la fiesta es la gaita, lo que se beba, lo que se coma y más nada, así
que pa ser gaitero hay que ser pa la fiesta como el vino y la comida, de nada
vale que vengan y toque y animen, que sí animan, si no conocen las cosas
nuestras, si no saben acompañar a los curas a la iglesia, ni al novio a casa de
ella, si no entienden ni saben los toques del credo y el ofretorio, y el gloria,
y el santus y al alzar y las comuniones, si no entienden que tiene que decir la
gaita en cada momento, aquellos gaiteros hacían hablar la gaita, de poco sirve
el ruido si no hay quien cante a la cara del gaitero una ronda y si no hay
quince mujeres que sepan subirla por lo alto y parezca que la gaita misma queda
callada, al baile lo mismo donguti, la misma cosa, en el baile manda el gaitero
y debe de ser el gaitero el que sepa si la gente está de charro o de jota y esté
atento pa dar dos vueltas más si algún amigo cogió baile con una que es de su
gusto y hay que dejarle que se arrime bien a ella y que la deje bien bailadina,
esos, donguti eran gaiteros, de la ronda a la alborada, de la alborada a los
curas, de los curas a la iglesia, de la iglesia a dar unas vueltas en la
capilla, de la capilla a la comida en casa de los mayordomos, del baile en el
corral del mayordomo al baile en la plaza, y de la plaza otra vez a la ronda y
otra alborada, aquellos eran los gaiteros, ahora vienen, tocan y marchan, antes
los gaiteros si te llamaban pa tal o cual fiesta ibas y allí pasabas los tres
días a lo que te daba el cuerpo, y lo mismo a las bodas, ahora vienen con el
reló en el bolsillo y cuando se cansan escapan, no sé si volveremos a ver un
gaitero donguti, no sé, y esta tierra ha sido siempre la madre de todos los
gaiteros, según se acabe esta gente de ahora ya no va a quedar ni quien sepa que
es un gaitero, y por eso le cuento estas cosas donguti. José Luis Gutiérrez (narrador),
Zamora.