En otra entrada del blog hablamos del uso de la seda en la indumentaria castellano leonesa. En aquella ocasión quisimos poner de relieve el uso de la seda principalmente en la indumentaria femenina (seda para pañuelos, cintas, cuerpos, sayas, mandiles....). Esta vez queremos remarcar la importancia que tuvo la seda en la indumentaria de las cuadrillas de danzantes en Castilla y León.
La seda se usó principalmente en el encintado simbólico de los danzantes (especialmente en las cintas de la espalda de alguna cuadrillas como las de Fuentelcésped, en Burgos, Valleruela de Pedraza en Segovia, o Val de San Lorenzo en León entre otros), pero también de seda o raso eran los "toneletes" de colores que cubrían las enagüillas blancas en algunas comparsas.
Una de las comarcas castellanas que más ha conservado la seda y los brocados en los danzantes es sin duda la Tierra de Pinares de Urbión (entre las provincias de Soria y Burgos). Allí los danzantes de Hontoria, Rabanera, La Aldea, Casarejos, San Leonardo... han conservado en las chaquetillas de los danzantes la seda que aporta color y carácter a estas danzas de palos y espadas.
También fueron de seda, y en ocasiones más modernamente de indianas estampadas, los trajes de casaca y calzón de las danzas de El Cerrato (Grijota, Villamediana, Tabanera, Torquemada...) así como los de la segoviana Cuéllar. La seda aportó a la danza empaque y lujo barroco, elementos que se han mantenido hasta nuestros días en muchas de ellas. En las fotos: danzantes de Fuentelcésped (Ribera del Duero, Burgos), Cuéllar (Segovia), Valdesalce (Palencia), Almaraz de Duero (Zamora) y Rabanera del Pinar (Tierra de Pinares de Urbión, Burgos).