miércoles, 26 de marzo de 2014

CHARRASCHÁS Y TACALACATÁ


Cuenta Villamediana con una danza emblemática en la provincia de Palencia, más que por el desarrollo de la misma -similar a la de los pueblos del entorno- por el halo de misterio que la ha rodeado siempre. Los danzantes de Villamediana, acompañados por la figura del birria o director de la danza, han mantenido el traje de calzón y casaca, en telas brocadas asedadas de vivos colores (menos común que las enagüillas que suelen acompañar a los danzantes de la provincia), además  de la presencia del músico de pito y tambor -el último en la provincia de Palencia, el Tío Mariposo-, que murió sin querer haber enseñado la danza a nadie y que sin querer, contribuyó a tal misterio.

El rito tuvo en tiempos una complejidad importante, rico en matices y elementos que después de la muerte del tamboritero, en los años 40 del siglo XX, fueron languideciendo hasta nuestros días. Una procesión cívica  o Vítor, con el estandarte de la Cofradía de Santo Tomás, dos grupos enfrentados de danzantes y burlescos, una serie de versos, los lazos de palitroqueo, la jota de danzantes y el trenzado de cintas completaban un repertorio y ritual definitivamente perdido hoy en día, en el que se está trabajando para su recuperación. Corrobla de Bailes Tradicionales trabaja conjuntamente con la Danza de Villamediana en volver a sacar el lustre que siempre tuvo esta danza cerrateña. Con el trabajo y el esfuerzo de todos volverá a sonar la flauta de tres agujeros y el tamboril, se volverán a trenzar las cintas del lazo, se escenificarán los oficios y sonarán de nuevo el charraschás y el tacalacatá de las castañuelas talladas primorosamente por los pastores. En ello estamos.








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