Curiosos cuanto menos, son los pocos Carnavales de Ánimas que han perivivido en la memoria viva de nuestro mundo rural hispano. A los de Valdeverdeja (Toledo) o Villar de Pedroso (Cáceres) hay que sumar lo que nos queda del Carnaval de Vertavillo en el Cerrato de Palencia (otrota tan abundantes en estas tierras del sur provincial). Nos lo cuenta muy bien Javier Abarquero Moras en el siguiente enlace, donde hace un repaso al desarrollo de la fiesta. En ella aparecen elementos singulares donde los cargos de la cofradía son suplantados por cargos militares que desarrollan la fiesta con el ornamento propio de las soldadescas: revoleo de banderas, tambores, destrezas militares y desfiles. Para entender el porque de la presencia de las Cofradías de Ánimas en las fiestas de Carnaval debemos de ponernos en la sociedad del siglo XVI (altamente sacralizada) donde se creía conveniente en estos días de desenfreno rezan por la liberación de las ánimas del purgatorio como manera de estar en paz con el alma. Otros elementos como la presencia antigua de botargas (máscaras de invierno que en algunos casos como en el cercano Cevico de la Torre pasaron a la danza de danzantes), el entierro de la sardina, los cencerros, la ceniza, o el baile de Piñata completan esta interesante fiesta.