miércoles, 15 de junio de 2011

LOS PAÑUELOS DE TALLE EN LA INDUMENTARIA TRADICIONAL

  Préndete ese pañuelo
que no haga arrugas
que ya vienen al baile
las que murmuran.
El uso de los pañuelos en la indumentaria tradicional tiene su origen en Asia de donde son traídos a Europa por las Compañías Mercantes del siglo XV. Una vez aquí es Francia la que pone de moda su uso entre las clases altas, popularizándose en seguida entre todos los estamentos sociales. En España los atuendos más arcaicos apenas sí utilizan pañuelos de talle reservándose su uso como complemento. De estos pañuelos, los de talle, aparece una importante y variada tipología tanto en estampaciones y adornos como en materia prima (seda, lana o algodón). Así se conocen pañuelos de merino (lisos, de cenefa estampada, bordados del ramo, de cachemir de ocho puntas o mil colores...), pañuelos de algodón (franceses, de percal...), pañuelos de seda (de Manila, de la China, isabelinos, de Toledo...), pañuelos de lienzo e hilo (de lentejuela, bordados en estambres de colores, bordados en blanco...) y muchos otros dependiendo de las distintas comarcas, modas y poder adquisitivo. Poco a poco, las distintas áreas y regiones y aún localidades irán teniendo cierta querencia por un tipo de pañuelo u otro, entrando a formar parte de la indumentaria tradicional, tapando los pechos de las mujeres sobre todo, durante el siglo XIX y el XX.  

Doblados en punta se colocaban sobre los hombros y se cruzaban al pecho cerrando la pechera o dejándola abierta, o bien se dejaban caer sin cruzar las puntas según el tipo de pañuelo o mantón. En general, son piezas que han sido poco atendidas por las agrupaciones folklóricas, pues muy a menudo, son piezas caras, que colocadas incorrectamente, dificultan enormemente el movimiento. Se cuidaba antiguamente prender bien el pañuelo para evitar que se moviera e hiciera arrugas (como reza la conocida seguidilla avilesa recogida por Agapito Marazuela y versionada por multitud de grupos folk). Para ello es importante recoger el pañuelo en pequeños pliegues en el cuello que luego llevaran a colocar correctamente el pañuelo en la parte delantera, facilitando el movimiento, al quedar el pañuelo recogido por encima del antebrazo. En los videos que adjunto se ve gráficamente el plegado de las pañoletas valencianas (video 1 y video 2).

Sobre el pañuelo de talle, en muchas comarcas, se lucía atado al cuello, el pañuelo de la cabeza, en esa idea tan repetida en el vestir tradicional de superposición de piezas. En la foto superior madrileñas de Fuentidueña de Tajo hacia 1903 (Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid). En la foto inferior, luciendo pañuelos al talle (uno francés de algodón y otro de seda) en la recreación de un traje de Becerril de Campos (Palencia). 

domingo, 12 de junio de 2011

HACIENDO EL CAMINO

 
Durante este fin de semana se celebra la Pascua de Pentecostés y con ella el territorio hispano se llena de romerías. De todas, sin duda la más conocida la Romería del Rocío huelvano. De todos los elementos más característicos de esta romería nos gustaría centrarnos en el pito, flauta o gaita rociera. Flauta de tres agujeros que acompaña el camino de los peregrinos del Rocío. El tamborilero desgrana en su repertorio, principalmente el baile de sevillanas y fandangos, y acompaña las mañanas con el conocido "toque del alba" o diana. La flauta de tres agujeros rociera es hermana de todas las flautas hispana desde el txistu vasco, al chiflo aragonés, el flabiol catalán o la gaita charra. Aunque el son antiguo de esta flauta rociera se ha visto empañado por un, muchas veces, estereotipado folklore andaluz. Su presencia ha sido muy importante no sólo vinculada a la fiesta del Rocio sino como algo cotidiano en la vida del oeste de Andalucía. Un importante repertorio de flauta que lejos del tópico de las sevillanas sirvió para el desarrollo de las danzas o para acompañar el trabajo diario de los pastores y cabreros ( con toques específicos de "recoger las chivas"), y que bien merece la pena recuperar y poner en valor. Os dejo con los sones característicos de este instrumento.


DE PALENCIA, COMO LAS MANTAS

La industria textil palentina, otrora famosa y próspera hace ya tiempo que desapareció. Actualmente ningún telar, ni siquiera artesano, elabora las famosas mantas de Palencia. Las pocas que se venden todavía, se elaboran en su mayoría, en otro de los focos artesanos textiles más importantes de la región: El Val de San Lorenzo, en la Maragatería leonesa, en tiempos vinculado con Palencia y su industria. Afamadas fueron no sólo las mantas de Palencia sino también, los paños pardos de Astudillo, elaborados con la lana al natural en ese color característico y los paños de Frechilla. Muchos de ellos se utilizaron para elaborar parte del indumento tradicional de esta provincia y de las limítrofes. Os dejo con la reseña que sobre un interesante ejemplar de manta palentina de Astudillo realizó hace algún tiempo el Norte de Castilla.

domingo, 5 de junio de 2011

LAS PRENDAS MASCULINAS: LOS ELÁSTICOS

El elástico o "lástico" es una chaqueta de bayeta o paño de color que estuvo muy difundida entre la moda masculina del siglo XIX. Aparece en numerosos rincones de la geografia española. Así los novios ansotanos (en Huesca) lucen un elástico blanco pespunteado en negro y los montañeses gustaron de lucir elásticos rojos (reservados para la mocedad) o incluso de otros colores como azules o verdes, según recoge acertadamente Cotera en su libro El Traje en Cantabria. La pieza se lució indistintamente encima de la camisa, y encima o debajo del chaleco y ya más últimamente debajo de la blusa como prenda eminentemente de abrigo. Una pieza similar a estos elásticos fue elaborada en punto de aguja, generalmente en colores, y así la gastaron en la Llanada Alavesa, en La Mancha o en la Sierra de Gredos (donde recibe el nombre de "elástica"). En Castilla y León, el elástico como tal, ha sido ampliamente usado, entre otras, en las provincias de Ávila y Segovia (tambien por los serranos madrileños allendelasierra), generalmente en color rojo, con remontas en puños y frentes de terciopelo negro. Una idea similar en la superposición de piezas aparece en el traje de Grijota (Palencia) que conserva la chaqueta de paño azul por debajo del chaleco negro. Desgraciadamente estas piezas genuínas han sido en muchos casos ignoradas en los estudios de indumentaria y poco reproducidas por las agrupaciones folklóricas. En la figura el retrato de un segoviano luciendo, como no, elástico rojo, de Robert Henri, un retratista estadounidense de principios del siglo XX.

miércoles, 1 de junio de 2011

LOS MANTEOS DE TIRANAS

 El adorno de los manteos con tiranas de terciopelo, pasamanería, lentejuelas, puntillas de hilo o metálicas, galones, terciopelos labrados o tiranas picadas es una constante en muchos de los indumentos tradicionales de las comarcas castellano-leonesas (aunque también aparece en otros territorios hispanos). De entre todas, destaca la provincia de Segovia y comarcas asociadas a este gran foco (La Churrería vallisoletana, La Ribera soriano-burgalesa-vallisoletana, las tierras de Madrid allendelasierra, la provincia de Ávila...). Un estudio pormenorizado de este importante tipo de adornos, y los colores de los paños junto con el plegado de las sayas, nos llevaría a centrar comarcalmente las peculiaridades y particularidades de cada zona, pues cada una tenía un estilo propio que, desgraciadamente se ha perdido a favor de una uniformización del traje segoviano. Así mientras en La Churrería el uso de lentejuela era abundante acompañando a las tiranas, en las zonas más ribereñas y aledaños aparecían con fuerza los galones dorados y plateados mientras que en otras comarcas el número de tiranas se reducía a favor de un ancho mayor de los terciopelos labrados. Conviene por tanto, siempre que se pueda, atender a esas sutiles diferencias que caracterizan el vestir de cada pueblo a la hora de reproducir las piezas antiguas. En la foto, detalle del "enchorrado" de un manteo tableado con tiranas de terciopelo y picados (Carbonero el Mayor, Segovia).
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