Préndete ese pañuelo
que no haga arrugas
que ya vienen al baile
las que murmuran.
El uso de los pañuelos en la indumentaria tradicional tiene su origen en Asia de donde son traídos a Europa por las Compañías Mercantes del siglo XV. Una vez aquí es Francia la que pone de moda su uso entre las clases altas, popularizándose en seguida entre todos los estamentos sociales. En España los atuendos más arcaicos apenas sí utilizan pañuelos de talle reservándose su uso como complemento. De estos pañuelos, los de talle, aparece una importante y variada tipología tanto en estampaciones y adornos como en materia prima (seda, lana o algodón). Así se conocen pañuelos de merino (lisos, de cenefa estampada, bordados del ramo, de cachemir de ocho puntas o mil colores...), pañuelos de algodón (franceses, de percal...), pañuelos de seda (de Manila, de la China, isabelinos, de Toledo...), pañuelos de lienzo e hilo (de lentejuela, bordados en estambres de colores, bordados en blanco...) y muchos otros dependiendo de las distintas comarcas, modas y poder adquisitivo. Poco a poco, las distintas áreas y regiones y aún localidades irán teniendo cierta querencia por un tipo de pañuelo u otro, entrando a formar parte de la indumentaria tradicional, tapando los pechos de las mujeres sobre todo, durante el siglo XIX y el XX.
Doblados en punta se colocaban sobre los hombros y se cruzaban al pecho cerrando la pechera o dejándola abierta, o bien se dejaban caer sin cruzar las puntas según el tipo de pañuelo o mantón. En general, son piezas que han sido poco atendidas por las agrupaciones folklóricas, pues muy a menudo, son piezas caras, que colocadas incorrectamente, dificultan enormemente el movimiento. Se cuidaba antiguamente prender bien el pañuelo para evitar que se moviera e hiciera arrugas (como reza la conocida seguidilla avilesa recogida por Agapito Marazuela y versionada por multitud de grupos folk). Para ello es importante recoger el pañuelo en pequeños pliegues en el cuello que luego llevaran a colocar correctamente el pañuelo en la parte delantera, facilitando el movimiento, al quedar el pañuelo recogido por encima del antebrazo. En los videos que adjunto se ve gráficamente el plegado de las pañoletas valencianas (video 1 y video 2).
Sobre el pañuelo de talle, en muchas comarcas, se lucía atado al cuello, el pañuelo de la cabeza, en esa idea tan repetida en el vestir tradicional de superposición de piezas. En la foto superior madrileñas de Fuentidueña de Tajo hacia 1903 (Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid). En la foto inferior, luciendo pañuelos al talle (uno francés de algodón y otro de seda) en la recreación de un traje de Becerril de Campos (Palencia).